Cómo emprender
Hoy en día todos queremos encontrar la fórmula para emprender, hemos escuchado relatos e historias de personas que han logrado realizar grandes negocios, campañas, movimientos, alcanzando incluso reconocimiento a nivel mundial. Desafortunadamente las películas y documentales que hablan de sus vidas nos muestran de manera rápida la forma en la que lograron alcanzar el éxito.
Algunos queremos emular de manera desesperada a todas esas personas que han logrado destacar y acabamos perdidos en medio de la nada, sin resultados, extinguiendo sueños y anhelos. Pensamos que en definitiva lo que hicimos no dio resultado por factores externos, dando por hecho que las cosas no son como las pintan, y que los resultados de otros son cuestión de la suerte o el destino. Estos 5 son los puntos básicos por los cuales no has logrado emprender.
Amar tu Idea y sueño.
Ideas existen por montón, se vender de a peso el kilo de ideas, todos hemos tenido ideas, incluso me atrevería a decir que la idea más simple puede ser una famosa “idea millonaria”. La diferencia está en cultivar y llevar a cabo esa idea, asumir los retos que implica.
Algunas veces tenemos ideas que cuando las compartimos, nos dicen que son “sueños guajiros” o “sueños de opio”. Esto se debe a que las mentes de esas personas están limitadas y comienzan a contagiarnos sembrando en nosotros la duda e incertidumbre.
Esto es lo que yo hago:
Hecho: Cuando mi mente comienza a pensar que mi idea o sueño es imposible.
Solución: Pienso que es posible solo no se aún no he descubierto la manera para poderla hacer.
Al principio podrá parecer absurdo, pero es un hecho que si cambias el enfoque del pensamiento, incentivas a tu mente a trabajar para encontrar la solución, en vez de hacerla cerrar el changarro. Si le dices a tu mente que se puede hacer, ella buscará la solución.
Compromiso.
Este es un punto en donde muchos perdemos la ruta antes de iniciar el camino, puesto que si emprendemos algo sin estar convencidos ni dispuesto a darlo todo, entonces estamos sentenciados al fracaso.
Muchos hemos olvidado el significado del compromiso, otros creo que ni sabemos que significa, si de jóvenes vamos creando el hábito de la informalidad, de grandes nadie nos va a querer tomar en serio, por ejemplo: cuando quedamos con un amigo a una hora para reunirnos, comenzamos a justificar la falta de interés diciendo: “Para que llego temprano si esa persona siempre llega tarde”,”No me gusta esperar tanto por eso mejor llego después de la hora acordada”. El problema con esto es que cuando queramos ser formales nos va a costar mucho trabajo.
Mucho tiene que ver nuestros pensamientos egocéntricos, ese dialogo interno que tenemos día a día, donde tratamos de convencernos que es mejor no tomar otros caminos a los que estamos acostumbrados, por tener la incertidumbre de lo que pueda ocurrir y es aquí donde nos mentimos diciéndonos que las cosas se pondrán peores de como estamos ahora. Cuando creemos comprometernos con algo, terminamos dejándolo por estar dudando o cambiando nuestra percepción de las cosas.
Por ello cuando vayamos a comprometernos en algo, debemos mantenernos como una roca sin que el agua o el aire nos muevan por complicado que sea el momento.
Estar un poco loco.
Los locos o inadaptados son aquellos que ven las cosas diferente, son aquellos que no se conforman con las reglas a lo establecido, podrán ser insultados o glorificados, pero nunca serán ignorados, donde unos ven locos otros ven genios, porque las personas que son locas y creen poder cambiar al mundo, son las que lo hacen.
No me refiero a perder la razón, me refiero a que nuestra acción se sobreponga a esas ideas de miedo e inseguridad que tenemos al iniciar el camino del emprendimiento.
Cuando queremos hacer un negocio, comenzamos a buscar que todo en ello sea lo más perfecto posible, el lugar donde vamos a establecernos, la ubicación, el producto, los servicios, el personal, la tecnología, los medios, etc. Comenzamos a hacer una lista que pareciera interminable y nos atiborramos con tanta información y análisis que terminan por ser un factor crítico en el desempeño de nuestro negocio.
Imagina que tienes bien planeado poner un lugar de comida rápida, y tengas todos los productos y servicios en orden, pero no quieres iniciar hasta no tener el local ideal, al personal indicado, a un contador, todo esto es el gran freno de mano que hace dudar y cuando por fin salimos podría ser un poco tarde.
La locura nos lleva a iniciar hoy, no importa las circunstancias, el economía, el tipo de cambio de divisas, incluso si creemos no estar lo suficiente preparados en el tema. Iniciar hoy nos obliga a hacer trabajar a nuestra mente en todas las soluciones necesarias para seguir.
Decía el personaje Joker interpretado por Heath Ledger en la película Batman el caballero de la noche:
“La locura, como tú sabes, es como la gravedad. Basta con un pequeño empujón. ”
Te aseguro que muchos de los grandes emprendedores podrán confirmar que para lograr el éxito, tuvieron que empezar con ese pequeño empujón.
Motivación.
A lo largo del camino van a haber situaciones complicadas, cosas que nos pueden sacudir, golpear, incluso errores que podríamos cometer como para querer rendirnos. Aquí es donde debemos encontrar esa fuente de energía que nos mantenga en pie, debemos buscar una verdadera motivación que nos haga levantarnos de la lona, que nos obligue a seguir empujando una y otra y otra vez.
La señora Aurea Oviedo es Peruana, proveniente de Cuso llegó a la ciudad de Lima a probar fortuna, sin embargo al buscar oportunidades comprendió que acabaría siendo una mercader más de los puestos ambulantes cercanos a la central de abastos, su mayor motivación era su familia quienes conocían y le habían enseñado el oficio de abarrotero a la señora Aurea.
Un día vio una bodega con un letrero que decía “se vende”. Sin tener más que un sol en su bolsillo la señora Aurea contacto a la persona proponiendo alquilar el local. El dueño se opuso rotundamente ya que su objetivo era vender, pero la señora Aurea no se desanimó, comenzó a persuadir al dueño, manejando un trato como una opción de compra, que consistía en alquilar el primero año y después de este comprar el local. Finalmente logró realizar el trato, pero había un inconveniente más, la competencia tenía precios igual de competitivos que ella, por lo que tuvo que conseguir un camión para transportar su propia mercancía y servir de flete para entregas, con lo que pudo mejorar sus costos para ser aún mas competitiva. El resto es historia.
Como vemos la señora Aurea pudo haberse empleado en el mercado, pero ella traía la motivación de su familia, empujándola en todo momento a pensar y buscar en grande, nunca se limitó por el dinero ni por no tener una carrera de administración corporativa.
Aprendizaje continuo.
La vida y la información están en continuo cambio, debemos estar dispuestos a aprender todo el tiempo, principalmente de nuestros errores. Podremos aprender de grandes personas de éxito, pero no podemos seguir sus pasos punto a punto simplemente porque el contexto ha cambiado. Debemos aprender a usar el contexto actual a nuestro favor, como lo hicieron ellos en su momento.
Todos los días aprendemos algo nuevo, hay muchos que piensan que al llegar a cierta edad ya no tienen nada que aprender y eso es totalmente falso.
Tomas Alba Edison lo sabía, el comenzó vendiendo periódicos y chucherias como chocolates y dulces en los trenes. Invertía sus ganancias en revistas de tecnología, hacía pequeños experimentos, consiguió una prensa de segunda mano y publicaba pequeños artículos, un día trabajando en sus experimentos, un poco de fósforo provocó un incendio que consumió todos sus objetos en los cuales había invertido.
Durante sus siguientes años de vida consiguió empleos de poca monta, nuevamente invertía en libros y aparatos para experimentar, ahora teniendo más cuidado al trabajar, decidió hacerse como inventor independiente renunciando a su empleo, logrando así registrar su primer patente en 1868.
Edison pudo haberse decepcionado la primera vez que lo perdió todo, pero en vez de eso, lo consideró como aprendizaje y la siguiente vez se preparó para no cometer el mismo error.
No existe el tiempo perfecto, ni la preparación completa para emprender, por ello lo mejor es lanzarse y trabajar con compromiso una vez iniciado el camino.